PROTESTA  SOCIAL  13  DE  AGOSTO

POR JUSTICIA SOCIAL Y MÁS DEMOCRACIA,

A PROTESTAR COMO HACIAMOS EN DICTADURA

Bajo la dictadura, el pueblo venció el miedo y salió a las calles a expresar su rechazo a la tiranía. Lo hizo a través de la protesta social que unió a pobladores, estudiantes y trabajadores. Mediante mil formas de lucha el pueblo reveló su inmensa creatividad y valentía. La protesta notificó a quienes se sostenían en el poder por la fuerza que el pueblo lucharía sin pausa por recuperar la democracia.

La protesta social obligó a replegarse a la dictadura. Sin embargo, luego de trece años de caminar vacilante, millones de ciudadanos constatamos que fuimos engañados por quienes prometieron restaurar nuestros derechos políticos, sociales y económicos. Las fraudulentas privatizaciones de las empresas públicas no fueron revocadas y hoy casi todas están en manos de las transnacionales. La industria nacional ha sido liquidada y la mediana y pequeña empresa están en vías de desaparecer, multiplicando el desempleo. Chile entero se ha convertido en un mercado funcional a los intereses de EE.UU. y pronto toda América Latina será anexionada al imperio. La "deuda social" no se ha pagado y, por el contrario, la explotación de la fuerza de trabajo alcanza extremos aberrantes. La represión, incluyendo la ley antiterrorista, sigue aplicándose al pueblo mapuche que lucha por sus tierras. También se reprime en las calles a los estudiantes que demandan más recursos para la educación pública carcomida por los mercaderes de la enseñanza. A los pobladores que exigían viviendas dignas se les somete a la vergüenza de "soluciones habitacionales" que parecen cárceles, sin espacio para el descanso de los adultos y la recreación de los niños, y donde las mafias de la droga y la prostitución imponen sus propias leyes.

Los ricos cada vez tienen más y los pobres han perdido la esperanza de que se les haga justicia y se reconozca su derecho a trabajo seguro, salario justo, salud, educación y viviendas dignas de seres humanos.

Los que ofrecieron traer la alegría se limitan a administrar lo que dejó la dictadura: la Constitución y el modelo económico, gastando su tiempo en luchas internas que no ponen en el centro las necesidades del pueblo.

La democracia ha ido perdiendo credibilidad y los reaccionarios de ayer y de hoy se preparan para copar los últimos espacios que aún les faltan por controlar. Porque luchamos en dictadura exigiendo libertad y democracia, creemos que ha llegado el momento de llamar a poner fin a la injusticia social instalada en nuestra patria. No podemos seguir esperando. Aunque el temor, la desconfianza y la desesperanza hacen difícil la tarea, debemos intentarlo. Nuestra lucha recién comienza pero hay que dar el primer paso.

El desafío es que los grandes ignorados, los ausentes de toda participación en las decisiones públicas, nos demos los instrumentos orgánicos para levantar la demanda nacional que nos represente. Esto será posible una vez que nos reconozcamos y respetemos en la diversidad y confiemos en nuestras propias fuerzas para construir nuestro destino como país. Tenemos muchas razones para protestar. Lo haremos juntos el 13 de agosto. Protestemos con esperanza, como hacíamos en dictadura. Confiemos en la capacidad que da la unidad de los que soñamos con un mundo más digno y justo.

Protestemos desde nuestros hogares, en las calles y plazas de nuestro país, paralizando el trabajo, gritando nuestro descontento, haciendo retumbar nuestro reclamo para que se escuche en las alturas del poder.

Reivindiquemos el derecho ciudadano a decir ¡basta! Unámonos en la protesta social del 13 de agosto y comencemos a construir nuestro propio futuro de hombres y mujeres dignos y libres.

COORDINADORA NACIONAL POR LA PROTESTA SOCIAL